Hoy los recuerdo a todos

Hoy los recuerdo a todos -

POr Julio San Francisco

Puedo decirles que, en el instante en que dimos el clic que ponía on line Prensa Gulag, a través de mi dominio http://www.prensagulag.com, pensé en todos los cubanos que han muerto en este medio siglo por la libertad de nuestra patria, que también fue por la libertad de prensa por la que hoy yo tengo el privilegio de poder seguir luchando, aún cuando sea desde este destierro de 12 años.

No olvido tampoco en estas horas a Miguel (Miguelito) Rivero de Quesada, aquel joven que un día tuvo la osadía de pasear por una calle de Marianao con un pulover que decía ¡Abajo Fidel!, a quien le cayeron a palo en medio de la ciudad, (hoy desterrado en Estados Unidos) y que me puso en contacto, a finales de los '80, con el Licenciado Leonel Morejón Almagro (Abogado Fundador y Coordinador Nacional, posteriormente, de Concilio Cubano. No olvido a Leonel.

No olvido al Licenciado Reinaldo Escobar, periodista, (hoy opositor dentro de Cuba) que me sugirió, a mediados de los '90, que fuera a ver al Licenciado Raúl Rivero, periodista, (hoy desterrado en España después de cumplir dos años de ignominiosa e injusta prisión a partir de la tétrica Primavera Negra de 2003 como Fundador y Director de Cuba Press), quien ya trabajaba con Rafael Solano (hoy desterrado en España) en la gestación de Habana Press y me dijo, en la sala de su casa, "Julito, te convoco a que te incorpores a Habana Press.

No olvido a Solano, ni a Nila, su madre. No olvido a Héctor Peraza Linares, Sub Director de Habana Press, (hoy desterrado en España). No olvido a Joaquín Torres, (hoy desterrado en Miami). No olvido a Jorge Olivera Castillo, hoy en libertad condicional después de haber sido condenado cuando la mencionada primavera, sin permiso para salir del país y que continúa luchando desde la capital cubana. No olvido a Omar Rodríguez Saludes, hoy en las cárceles cubanas desde la misma primavera infame. No olvido a Lázaro Lazo, muerto en el destierro en Miami, todos miembros de Habana Press.

No olvido a nuestras entonces representantes en Miami y Puerto Rico, Iraida Montalvo y Belkis Rodríguez, respectivamente. No olvido a ninguna de las emisoras, ni a ninguno de los periodistas que en Miami y Washington grababan o trasmitían en vivo nuestros despachos noticiosos desde la capital cubana, Luz Alba Zapata, Amado Gil, Enrique Blanco, José Luís Ramos, Angélica Mora, Álvaro D’ Insua, Clara Domínguez, Ligia Guillén, Juana Isa, Pablo Alfonso. No olvido a Rosa Berre. No olvido a Anthony D’ Palma, ni a Drusila Zileri, ni a Elisa Ackerman, ni a Lucía Newman, ni a Carlos M. Castañeda, ni a Horacio Aguirre. No olvido a Chuny Montaner, a Nancy Pérez Crespo, a Teté Machado, a Ariel Hidalgo, a Sergio Gatria, a Israel Abreu, a Sergio Ramos, a Luís Alberto Ramírez, a Ninosca Pérez Castellón, a Ricardo Bofill. No olvido a Reporteros Sin Fronteras, al Comité para la Protección de los Periodistas, a la Sociedad Interamericana de Prensa, a Amnistía Internacional, a tantas otras personas y organizaciones que denunciaban nuestros arrestos. Sin ellos Habana Press nunca hubiera existido. Prensa Gulag, de haberse escrito, hubiera podido tener solamente componentes de ficción. Sin ellos, los mencionados y los no mencionados, no existiría hoy, 14 años después, el Movimiento Cubano de Periodismo Libre (Indpendiente), un hecho sin precedentes en la Historia del Periodismo, un hecho que enorgullece para siempre al periodismo cubano. No olvido a ninguno de los que nos apoyaron en aquel imposible realizable.

No olvido a los 26 periodistas cubanos, aún hoy, en los antros de la tiranía. No olvido a Guillermo Fariñas y a todos los periodistas libres (independientes) que continúan hoy luchando por la libertad de prensa en nuestra patria. No olvido a Yoani Sánchez y a todos los bloggers cubanos que han añadido otro instrumento eficaz a aquel mismo propósito inicial y con su valentía e inteligencia han abierto otro frente por la misma batalla y por la misma victoria final.

No olvido a los periodistas cubanos que, desde el destierro, luchan a brazo partido por la libertad de prensa cubana. No olvido a Agustín Tamargo, Reinaldo Bragado ni a todos los periodistas cubanos muertos en este mismo destierro. No olvido a Oscar Elías, a Darsi, a Antúñez, a Martha, a Vladimiro, a Elizardo, a las Damas de Blanco, ni a todos los actuales presos políticos cubanos.

No olvido a Pedro Corzo, a Cary Roque, a Ileana Curra, ni a ninguno de los ex presos políticos. No olvido a los heroicos combatientes de la Brigada de Asalto 2506, de la cual tenemos varios miembros en nuestro Gabinete, entre ellos, mi muy querido y respetado, el incansable patriota José Cal Cotta. No olvido a los intrépidos alzados del Escambray. No olvido a los que murieron frente al pelotón de fusilamiento castrista gritando, con los brazos en alto, ¡Viva Cristo Rey! (Prometo que no olvidaré a los que me antecedieron, ni a ninguno de los que me sucedan). Todos están en el mejor pedazo de mi resistente corazón. Todos ellos y, por supuesto, la tiranía cubana y mi tesón, hicieron posible que lamentablemente tenga que existir y exista una novela titulada "Prensa Gulag, la apasionante lucha de un periodista cubano disidente".

También recuerdo y agradezco al diligente diplomático español, Consejero Político de la Embajada de España en Cuba, en 1997, durante el gobierno del ex presidente popular José María Aznar, Alejandro Alvargonzález, quien tramitó y agilizó mi salida de Cuba, al prestigioso Académico de la Academia Española de la Lengua, Luís María Anson, quien escribió en tiempo record el prólogo a Prensa Gulag, a mis amigos Alexei, Magín, Valentín, Juanjo, Paco, Martín, Manuel…

Igualmente recuerdo a Heberto Padilla, a José Ángel Buesa, Gastón Baquero, Felipe Sarduy y a los más de 35 poetas cubanos muertos en el destierro en este medio siglo, entre ellos, varios amigos personales, a Guillermo Cabrera Infante, a Virgilio Piñera, al poeta español exiliado León Felipe y al Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha.

El gran periodista y poeta cubano Raúl Rivero, en el acto de la Fundación Hispano Cubana, el 31 de Enero de 2007, con motivo de los diez años de mi poema El desterrado, dijo “Esta casa, nuestra Orfila 8, en España que nos ha recibido como hijos que vuelven después de una mansión en la amargura y los dolores, se siente regocijada con el recuerdo y la memoria pública del poema El desterrado, de Julio San Francisco.

Yo también y mi regocijo tiene un concubinato con una figura también un poco singular que es tener nostalgia del futuro porque me protege la esperanza de que pronto podremos leer este poema en un parque de La Habana”.

Sí, Raúl, leeré ese texto en el Parque de El Quijote de La Habana. Lo leeré para tí, para Nicolás Águila, para Orlando Fondevila, para Rigoberto Carceller, para Eduardo Vidal, para Carlos Alberto Montaner, para Omar Permet, Elena Larrinaga, para Francisco Bacallao, para Álvaro Florez, para Nuria Rodríguez Lázaro, para Concha Hermano, para Luz Madroño, para Jorge Moragas, para los vivos y los muertos.

Cuba y los cubanos también tenemos derecho a disfrutar de la Libertad de Prensa.

Sí la veremos.

Hermanos, yo también tengo un sueño, un sueño de 14 años: un día, de Abril de 1996, Rafael Solano, Director Fundador de Habana Press, estaba arrestado en Villa Maristas, como saben ustedes, Cuartel General del Departamente de la Seguridad del Estado (policía política) del Ministerio del Interior de la tiranía anticubana. Tenía una visita. Ni los familiares de Solano, ni yo, ni el staff de Habana Press teníamos dinero, ni pudimos reunirlo para llevarle aunque fuera una sola cajetilla de los pésimos cigarrillos “Populares” que se venden en la isla y el Director de la Agencia, como yo, fumaba empedernidamente. No pudimos llevarle la cajetilla que los cancerberos le administrarían a su antojo. Decidí aquella amarga tarde que si yo al fin un día podía escribir y publicar Prensa Gulag, en la Oficina de Habana Press, en la cárcel o en el destierro, el 10 por ciento de las ganancias sería para los familiares de los periodistas que estuvieran presos en el momento en que ese libro se vendiera. Mi sueño está a punto de cumplirse. ¡Así será!

¡Siempre fiel a Cuba! ¡Siempre fiel a la libertad!

¡Mucha salud, suerte y sueños a quienes continúan esta lucha desde el mismísimo corazón de la tiranía más totalitariamente perfecta del mundo!

Un abrazo cordial a todos,

Julio San Francisco
Sub Director Editorial Habana Press (desterrado)



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