Por Ares Marrero María

Hoy es el día de LOS DERECHOS HUMANOS.

Pienso si son mis derechos respetados. No! No lo son. Soy una emigrante cubana. Disiento de las doctrinas del régimen totalitario y sanguinario que ha destruído mi país. Soy una opositora. Soy una luchadora por la LIBERTAD en su forma más amplia. Vivo en un exilio casi invisible. Aquí practico ese camino: aprender, crecer, vivir experiencias que un día pueda aplicar en la reconstrucción de mi añorada isla.

Mi éxodo transcurre en una supuesta democracia. En un país supuestamente desarrollado. Lo más terrible aquí no es que devengo un salario por debajo del definido como mínimo para la existencia, que dependo de rigurosos controles amenazantes, llenos de comprobaciones intimidatorias, periódicas, que ejercen las autoridades estatales sobre mí. No es lo más terrible la falta de alegrías que pulula donde quiera que voy, porque los alemanes son poco dados a sentirse felices con lo que tienen, y se aterran si tienen que mostrar emociones. Lo peor no es ni siquiera la falta de sol que se cierne sobre los meses invernales y acaba con mi reserva de endofina... O que no pueda cambiar las circunstancias que me obligan a solicitar subvenciones y demostrar constantemente que las necesito, como si fueran limosna. No es lo peor que tenga que mostrar agradecimientos porque así puedo ofrecer un techo y alimento balanceado a mis hijos. Incluso hasta una educación (obsoleta que les roba las motivaciones) pero no del todo deficitaria. Mucho más no puedo ofrecer. Actividades extraescolares complementarias, tan importantes! No. Nos están vedadas. Pero no me quejo. Es importante APRENDER a manejarse con las circunstancias. Descubrir en las dificultades y los conflictos el reto. Ello nos forja como ciudadanos libres.

Entonces qué es lo peor? Vivo donde no deseo. Lucho todos los días por ver el lado positivo de esas condiciones que siento como adversas en la piel. Disfrutar del privilegio de vivir en un país supuestamente rico, democrático, donde no existen (al menos teóricamente) necesidades perentorias. Donde hay hospitales limpios, confiables y hasta lujosos para todo el mundo. Mercados multicolores, desbordados de productos de las más disímiles naturalezas.

Lo peor es que constantemente pienso en la pobreza en otros lugares? En el tercer mundo. En el Cariba, en mi país. Será que despliego rasgos masoquistas para impedirme ser feliz? Me irrita la superficialidad de quienes viven bajo el cálido comfort de sus estufas sin hacer algo por cambiar el estado de cosas. Hago algo yo por cambiarlo??? Pienso constantemente en CUBA, en sus calles raídas, en sus fachadas descoloridas, en los corazones deshechos. En la juventud deseosa de partir, de escapar, de abandonar la asfixia y la falta de perspectivas. ¿Cómo le gustaría a cualquiera de esos jóvenes en la edad de mis hijos, disfrutar de lo que ellos tienen aquí...! Al menos por un tiempo. Luego se deshace el espejismo y ataca la falta de sol. El percance funesto de no vivir en la lengua en que se ha nacido.

Mis días y mis noches son una batalla para impugnar a los quejidos. Una rebelión para no perder la capacidad de resistir. No caer en el lecho de la autocompasión, o en el de un hospital (de esos superpertrechados) una contienda por no abandonarme a mi ausencia de fuerzas. Mis días y mis noches son una carrera de resistencia por no confesarme a mí misma que no puedo más. Al final de este afluente del laberinto hay una tapia... alta. A las cuatro de la tarde ya es noche cerrada. Saco el sable de su empuñadura, camino sobre mis adoloridos talones, los de Aquiles y los míos propios. Rumbo a casa, haciendo el resumen de las mediocridades que escuché, que libaron otra vez las alegrías reconstruídas con las sonrisas de mis alumnos. Colegas ignotos dicen no saber por qué ellos tampoco son felices. Lucho por apartar los pensamientos grises... Hoy la conferencia contra la decisión de cambio para el edificio del pasajito de la Graefen Strasse. Junto al riachuelo, Lóbrego como una cárcel. Paredes antipedagógicas. Hoy vamos a enfrentar a la gente del senado y a decirles que NO! Que nuestros hijos tienen sus derechos. El edificio está medio derruído. Hoy, día de los derechos humanos vamos a ejercer algo de los derechos que me quedan aquí reservados. No son muchos. A hacer valer los derechos de mis hijos, que son más. Ellos tienen la nacionalidad alemana. Hoy tengo que espantar las brumas y esa prolongación del cielo hórrido en mi cerebro, desesperan siempre por partir allá donde las aguas son más claras, el sol tibio o ardiente. Qué más da. Quiero el sol!!!

Sí. Me destrozaron la vida cuando tuve que renunciar al sol Así caliente, provocador de quejidos. Suena cobarde? Me miro en el espejo de las vergüenzas de mi nación oprimida. Me resigno otra vez a dejar que alguien tome las riendas de mis emociones. Que me coloquen en encrucijadas sin esperanzas. Yo lucho sin esperanzas!!! Sin miedos. No comulgo con lisonjas ni huídas de lo cruento que nos rodea.

Lejos está la Humanidad de alcanzar verdaderas libertades. El HOMBRE debería proponerse seriamente alcanzar su LIBERTAD. Desde edad temprana deberíamos aprender sobre nuestro derecho a SER LIBRE.S. La educación y la cultura son un camino inequívoco hacia la LIBERTAD. El asunto está en cómo practicarlo. Aún en países desarrollados, como Alemania, son los sistemas educacionales obsoletos. Parecen haberse detenido en el tiempo. Y no exagero. Ayer me comentaba un amigo alemán, médico, que sentía más placer en su escuela hace cuarenta años que el que su hijo manifiesta hoy en la escuela primaria en que ha ingresado. El problema es bien serio y está diseminado a escala social. En todo el mundo.

Adoctrinar, en mayor o menor medida, según el país que sea, es una estrategia infalible. Ayuda a conducir a las masas, a las turbas. Unas más redomadas que otras.

La enseñanza debe realizarse sobre la base de la libertad del individuo a determinar qué quiere y qué puede aprender. Todo individuo tiene el derecho de ejercer libremente esa determinación: aprender libremente. Pero cómo puede aprender el individuo en sistemas de enseñanza poco libres, obsoletos; donde la prioridad de los grupos de poder que dirigen las sociedades a gran escala, no es fomentar la libertad, sino las dependencias. Todo en función de intereses macabros como el totalitarismo o el consumismo.

Día a día, voy a mi trabajo, a veces sin gran entusiasmo. Entonces pienso en mis jóvenes alumnos, provenientes de sitios recónditos del planeta. Berlín es una ciudad cosmopolita. Yo les enseño español, algo sobre nuestra cultura hispánica y Arte. Ellos merecen mi lucha por influir, aunque sea en ínfima medida, a ser motivados. Hacer novedosas mis clases, partir de sus propios intereses, de lo que pueden y no de lo que les resulta imposible. Fomentar su amor hacia el SABER, hacia sí mismos, ayudarlos a vencer sus miedos, desdoblar sus capacidades. Lucho porque aprendan a tener coraje. Coraje para vivir, para mejorar el estado de las cosas....

Vuelvo a pensar en mi isla lejana. No he vuelto hace veintidós años. Pero ella navega por los canales de mis venas. Y se vuelve a anclar en mi corazón. Cuba está dentro de mí. Soy Cuba, soy una ínsula andante en todo este maremagnum de pugnas y respiros... donde la lejanía y el silencio expanden la apariencia del olvido. Para mi isla mis pensamientos hoy 10 de diciembre. Para los presos politicos, las Damas de Blanco, para los opositores, para los cubanos dignos! Para estos amigos de Facebook, no por virtuales menos genuinos. Admiro el contagio que se ha desplegado en la red. Me uno! Aquí estoy. Distante. A un click!

Sí, es bueno tomar de los hombros de nuestros opositores el trozo de dignidad que nos atañe. Ellos llevan la carga más pesada. La dignidad del pueblo oprimido de Cuba. La libertad apremia, la reconstrucción apremia. Todas las vías de lucha son válidas, siempre que reine el respeto al individuo, su integridad, su derecho a pensar libremente. Debemos emprender el CAMBIO en nosotros mismos. Educarnos, reeducarnos en la verdadera LIBERTAD. Si logramos cambiarnos, mejorarnos, CRECER en el camino del Humanismo y la Justicia, seremos capaces de CAMBIAR las cosas en el país. Seremos capaces de hacer florecer el deporte, el arte, la cultura, la educación y todo el quehacer humano. Que se vuelve trascendente. No debe ser nuestro más caro objetivo enaltecer la dignidad del HOMBRE? MARTÌ dijo: ...SER CULTOS PARA SER LIBRES. Existe frase más profunda sobre la esencia de la existencia humana?

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