La madurez política se alcanza cuando se pone por encima de las cuestiones personales, el interés general. En libertad se puede discrepar, en estos momentos es imposible hacerlo en Cuba. Podemos tener diversos puntos de vista, pero con respeto y aceptación del contrario como interlocutor válido, se puede lograr la madurez requerida para refundar una patria destruida y carente de este tipo de crecimiento social. La persona que no piensa como yo, no es mi enemigo. Mi enemigo es quien me impide pensar, decir, decidir, participar. Por que Cuba no es propiedad de un grupo, ni mucho menos de una familia.

Angel Collado Ruiz

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