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SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS EN CUBA
Por la Dra. Amel Olivares

Por muchos años en Cuba, nadie osaba hablar de derechos humanos, y mucho menos de la violación o no de ellos por parte del Gobierno. Con la caída de eso que ha sido llamado por los historiadores “Socialismo Real”, en Europa Oriental y la crisis económica que este advenimiento comportó a Cuba, hasta entonces subsidiada por la Unión Soviética, el descontento popular se hizo más manifiesto y paralelamente a ello se agudizó la represión y persecusión de las personas contrarias al régimen castrista.

En el año 1948, en modo experimental se desarrolló en Bulgaria una táctica, que en el futuro habría servido como base a los sistemas “comunistas totalitarios”, a mantener el absoluto control sobre sus respectivos pueblos: la estrategia de la “desconfianza recίproca”. El objetivo de esta táctica era evitar la unión o asociación entre las personas, para destruir a priori, cualquier posibilidad de crear bloques de oposición. En Cuba esta técnica fue aplicada desde el inicio de la Revolución.

Los cubanos temen hablar de los verdaderos problemas que les afligen con sus parientes, amigos, compañeros de estudio o trabajo. El pueblo aprende a callar, no se sabe quién puede ser el celado traidor. Como un Cristo escarnecido y resignado en su pensamiento duele la misma frase: “Unus vestrum me traditurus est” (uno de ustedes me traicionará). La correspondencia privada es violada y con frecuencia no arriba a su destino. Ni siquiera cuando se habla al teléfono el cubano se siente seguro. Cualquiera podría escuchar, leer, denunciar. La “desconfianza reciproca” es una técnica sutil y terrible, del estudio de ella debe partir todo análisis orientado a comprender la problemática de los derechos humanos en Cuba.

La mayor privación a la cual ha sido condenado el pueblo cubano es la de su voz! La táctica de la “desconfianza reciproca”, sofisticada y peligrosa, sumada a la represión total de cualquier manifestación de libertad individual (con medidas severas, que incluyen cárcel y fusilamiento), los años de sacrificio y restricción (como resultado de una política económica nacional caótica e incoherente y del embargo americano) y la demagogía y propaganda político-ideológica sistemática a la que son sometidos los cubanos desde la más tierna edad, han menoscabado la voluntad y capacidad de reacción de toda una nación.

La falta de información libre y objetiva, la limitación de las comunicaciones (incluso Internet es inaccesible a la mayor parte de la población, temido como instrumento subversivo por parte del Gobierno) ha determinado el agravamiento de la exclusión y aislamiento de los cubanos. El pueblo ha olvidado el verdadero concepto de democracia, acostumbrado a aceptar las normas que impone el único partido político reconocido en el país: el Partido Comunista. El derecho a pensar, a asociarse, a viajar, expresarse, de tener la sagrada posibilidad de escoger, adherirse, es negado a los ciudadanos cubanos.

La garantía del respeto a la dignidad de las personas debe ser fundamento de la nación que aspira a ser libre y esta prerrogativa ha sido objetada al pueblo del archipiélago más grande de las Antillas.

En lugar de libertad y prosperidad Cuba ha conocido sufrimiento y renuncias. La familia cubana está disgregada, quien puede emigra, con la total y dolorosa consciencia que tal vez nunca más volverá a abrazar sus seres queridos. Pueblo en diaspora, con su sangre calentando corazones ajenos, almas obligadas a hablar una lengua que no es la propia!

Los padres de Cuba han perdido la patria potestad, no pueden ni asegurar a sus hijos una educación que represente los valores en los que creen. Los jóvenes cubanos fueron usados como carne de cañón en las guerras de Africa ( años 70’) para satisfacer las exigencias imperialistas de los entonces amos soviéticos. Los profesionales del país que prestan servicios en el extranjero están vinculados a contratos de trabajo desventajosos que transpiran oprobio y vergüenza y en los que se establece que más del 70 % del salario del trabajador corresponde al Estado cubano.

En el país, de manera consuetudinaria, son transmitidos e inculcados sentimientos de odio, agresividad e intolerancia entre los hombres y son ferozmente perseguidos y humillados las personas “diversas”, en especial los homosexuales, y todos aquellos que se oponen al gobierno castrista. Este es el régimen defendido por 26 miembros del Consejo de seguridad de la ONU en el verano del 2007.

Se corre el peligro, inflamados por la rabia contra la tradicional política imperialista y prepotente de los Estados Unidos, que los países del tercer mundo cierren los ojos frente a la realidad del pueblo cubano, obligado a vivir de rodillas y arrastrar su ignominia en terrible soledad.

Estas son las cosas que acaecen en Cuba, y es hora que se hable, porque los diarios nada dicen sobre el hecho que el Gobierno de Castro niegue, sistemáticamente, el permiso a organizaciones internacionales de visitar sus cárceles. Parece noticia de escaso interés la suerte de las pobres Damas de Blanco, las madres , mujeres, hijas de prisioneros de consciencia cubanos, que se recogen en pacifica plegaria cada domingo en la Iglesia de Santa Rita, en Miramar. Las Damas de Blanco, mujeres de coraje extraordinario, fueron las primeras a rasgar con su abnegado amor, las férreas cortinas de silencio que circundan la Isla.

Cierra la Base de Guantánamo, resultado de la toma de consciencia del Gobierno de los EEUU que al fin se pliega a las fuertes presiones internacionales. Creemos, de cualquier manera, en la buena Fe e inteligencia del Presidente Obama, pero suena demasiado ponderada, medida, la palabra, la critica a un Gobierno cubano vejador, que ha convertido la patria de Martí en una cárcel a cielo abierto, dónde diez millones de personas viven reducidas a la miseria y cada día son abofeteadas en su decoro, cuando obligadas a callar y a la remisión, deben contemplar y aceptar los privilegios concedidos al individuo extranjero y a los altos jerarcas del régimen.
Cuba es ignorada porque no posee petróleo, es un país pobre en recursos minerales. Los prisioneros políticos de Cuba no provienen de familias adineradas (como muchos talibanes de Guantánamo) ni pueden pagar costosos y renombrados abogados para que los defiendan. De la suerte de periodistas, poetas, escritores, gente común que marchitan en las cárceles cubanas, culpables sólo de hacer valer la propia dignidad de ser humano, a quién importa?

La comunidad Internacional, y Europa en particular, debe hacer presión al Gobierno “Castros” para que sean revisadas las causas de los “prisioneros de consciencia” cubanos y solicitar la inmediata excarcelación. Todos los hombres de buena voluntad tienen la obligación moral de aunar los esfuerzos y con unánime voz exigir al régimen de La Habana la puesta en marcha inmediata y definitiva del proceso de democratización del país. La indiferencia es un crimen contra el pueblo cubano.

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2 comentarios

  1. Margarita Garcia Alonso  

    5 de diciembre de 2009, 13:16

    Aguaya lo subi a El pais

    http://lacomunidad.elpais.com/margaritagarcia-alonso/2009/12/5/todos-la-calle-todos-la-web-los-derechos-humanos-en

    este es mi link

    http://lacomunidad.elpais.com/margaritagarcia-alonso/posts

  2. Laucha wachin  

    25 de abril de 2013, 20:28

    Jajajaja cuando pusiste que tenias Fe en Obama, di por mentira todo el texto, hermano, suerte para la proxima